Sian Heder, la responsable de la película de la que se habla desde Sundance, habló de su proyecto y de cómo encaja en un contexto en el que salieron producciones como Sound of Metal y A Quiet Place 2. A fin de mes, CODA: Señales del corazón comenzará su calendario de estrenos en Latinoamérica.
Desde que se realizó el festival de Sundance de este año, CODA: Señales del corazón es una de las películas que más se menciona. La película batió el récord de venta tras su proyección en el evento, y fue adquirida por 25 millones de dólares para comenzar su distribución internacional. En los próximos días comenzará su recorrido por las salas latinoamericanas: 23/09 México, Brasil y Centroamérica; 21/10 Argentina, Perú y Bolivia; 07/10 Ecuador; 28/10 Colombia; y Chile que aún no confirmó su fecha.
La historia de CODA nos muestra a Ruby (Emilia Jones), una hija de padres sordos (de ahí el nombre de la película, Child of Deaf Adults), que se desempeña junto a su padre (Troy Kotsur) y su hermano (Daniel Durant) en un barco de pesca. Ruby es la única de toda su familia que no nació sorda, y se desempeña como la intérprete de todos ellos en el mundo exterior. De casualidad llegará al taller de coro de la escuela donde descubrirán que tiene una voz increíble que la llevará a tomar la difícil decisión de elegir entre su sueño y su familia.
CODA es una película en la que es imposible no reír y llorar en partes iguales. La cantidad de dirty jokes que tiene la producción encuentra su contrapeso en los momentos emotivos de una historia simple pero efectiva. Gracias a Kotsur, Jones, Durant y la ganadora del Óscar, Marlee Matlin, la familia se forma con una autenticidad bellísima. La última pieza es la del profesor de música de Ruby, interpretado por el mexicano Eugenio Derbez, que se reparte como figura paterna y de autoridad que busca encarrilar a la joven para que siga ese camino en el que tanto talento tiene.
La responsable de hacer la película fue Sian Heder, que adaptó la cinta francesa La Famille Belier, de Victoria Bedos y Stanislas Carré de Malberg. En diálogo con Cinéfilos nos contó cómo fue realizar esta producción, y qué cree que significa en un contexto en el que se vieron tantos estrenos como Sound of Metal y A Quiet Place.
En varias entrevistas hablaste del humor de la película. ¿Cómo fue construirlo? ¿Cuánto ayudaron Daniel, Troy y Marlee?
Me encanta que preguntes por el humor porque todo el mundo me cuenta que lloró, pero, ¿se rieron? Para mí es muy importante que sea divertida. El humor es una parte muy importante de la vida, es auténtico, aún en nuestros momentos más oscuros y tristes. Siempre hay algo divertido. Por supuesto, puedo oír, entonces pienso bromas en el idioma hablado. Fue increíble como proceso reunirme con Troy, Marlee y Daniel, y les preguntaba si un chiste iba a funcionar en lengua de señas, y muchas veces mejoraba porque era tan visual, directo, gráfico. En especial los chistes de sexo, cuando está en el médico. Troy es un improvisar asombroso. Tomaba lo que escribí y lo subía cinco niveles. Es tan creativo, divertido y libre con su interpretación. Me encantó descubrir eso, descubrir las líneas escritas de una forma visual. Para mí la lengua de señas es más expresiva que el inglés. Fue abrir muchas puertas de emoción y comedia. No creo que la gente llore si no la hacés reír.
¿Cómo fue sumar a Emilia a esta familia?
Me preocupaba presentarla a la familia porque se conocían, por lo que había una conexión hecha entre ellos. Además, son sordos y la lengua de señas los conectaba. Emilia llegó como una extraña a la familia y me encantó la forma en la que la adoptaron, la pusieron bajo sus alas. No usó un intérprete porque quería tener una experiencia inmersiva con el elenco. Se reunían los fines de semana, Marlee les cocinaba, jugaban juegos y ella tenía que hacer señas. Trabajó muy duro. No se había formado como cantante. Entrenó por nueve meses para aprender lengua de señas y también sobre la cultura de los sordos. Troy, Daniel y Emilia se embarcaron en botes pesqueros para aprender todo eso, y para cuando lo rodamos fue como un documental, porque ellos pescaban y nosotros los filmábamos. Tenían que aprender todo eso. Quedé asombrada por lo que hizo Emilia.
¿En qué momento creíste que se había forjado la familia delante de cámara?
Supe que la primera escena que rodamos, como familia, en la que están cenando y viendo Tinder. Marlee cuenta una historia de ser una reina de la belleza. Ensayamos y vi que había destellos de que la familia funcionaba. Pero rodamos y cuando vi la relación entre los hermanos, cómo bromeaban como hermanos, Daniel y Emilia, la química. Es emocionante como director y esperás que haya algo, pero si no está no lo podés crear. El amor real en pantalla crea una calidez que es imposible de crear si no se basa en algo real. Fue un proceso hermoso ver cómo se forjó esa familia de verdad.
Paul Raci (Sound of Metal), hijo de padres sordos, realizó un posteo halagando tu película. ¿Cómo te hace sentir ese reconocimiento?
Paul y Troy tienen una larga conexión de más de 30 años. Los dos eran miembros del Teatro de Sordos de Los Ángeles e interpretaron al mismo personaje. Troy interpretaba al personaje y Paul era la voz, así que trabajaron mucho y son amigos cercanos. Fue hermoso. Me encantó Sound of Metal, su papel fue asombroso y es lindo ver cómo la gente de la comunidad se apoya mutuamente. Me entusiasma que estos films salgan al mismo tiempo, que cambien la conversación. Sound of Metal, A Quiet Place 2, nominaron Crip Camp a un Óscar, CODA salió y se siente como un movimiento en el que la sordera y las discapacidades empiezan a tener un papel en Hollywood y las narrativas y que se van a hacer más proyectos.
Mirá el tráiler acá: