Sin dudas, Mindhunter, es una de las mejores series que retratan la temática de asesinos en serie, utilizando casos reales para narrar la historia.
Una de las escenas más recordadas está basada en las cintas grabadas por Lawrence Bitakker y Roy Norris, dos asesinos en serie que mataron a cinco adolescentes en el sur de California durante un período de cinco meses en 1979. Su última víctima, fue Shirley Lynette Ledford, de 16 años. Sus asesinos grabaron el audio de aquel terrible y último episodio de su vida, que duró aproximadamente quince minutos.
En el capitulo 8 de la primera temporada de Mindhunter, la cuál está inspirada en el libro del mismo nombre escrito por el agente del FBI, John Douglas el agente Greg Smith es obligado a oír la grabación para evaluar si esta o no capacitado para lidiar con asesinos de esta naturaleza, pero no es capaz de escucharla hasta el final.
Según el Times Union, esta es una de las pruebas de insensibilización que se siguen utilizando para los futuros agentes del FBI en Virginia, para que comprendan la naturaleza en muchos casos horrible de su trabajo, de ponerse en la piel de psicópatas y comprender sus intereses y motivaciones.
El director de la película The Silence of the Lambs, Jonathan Demme era amigo de John Douglas, y consiguió una copia de la grabación de Bitakker y Norris. Quedó tan impresionado, que invitó al actor Scott Glenn para que la oyera. Glenn iba a interpretar al agente Jack Crawford, él compañero de Clarice Starling y el director quería dotar al personaje del mayor realismo posible. Experimentar aquello lo haría entender como se siente un verdadero agente del Fbi en esos casos. Posteriormente, el actor declararía que se echo a llorar y entro en crisis tras escuchar el audio. El mismo tenía dos hijas y le resultaba inconcebible lo que estaba oyendo.
El fiscal de caso, dijo: ” Todos quienes han escuchado esta cinta, han tenido problemas psicológicos, incluyéndome a mi. No puede hacer que una actriz de Hollywood imite lo que hay en esa cinta. Es algo demasiado crudo, que remueve las extrañas. Recuerdo que hasta dos años después de terminado el juicio, me despertaba con pesadillas.”
Los audios fueron expuestos durante el juicio, lo que provocó que la mitad de la sala se fuera, conmocionados por lo que habían escuchado. Los miembros del jurado que quedaron en la sala, se vieron impactados. Mientras, Lawrence Bitakker en el banquillo de los acusados, sonreía como burlándose de lo que estaba pasando. Los medios de comunicación, cuestionaron la decisión de haber expuesto al jurado ha dichas grabaciones.