“Hola Sidney, ¿me recuerdas?” así se anunció a través de un fugaz y misterioso fragmento audiovisual que compartió la mismísima Neve Campbell en su cuenta de Instagram la noticia que tantos amantes del terror estaban esperando: la quinta entrega de la saga Scream ya tiene su fecha de estreno. Lejana, pero prometedora, la nueva película de la máscara maldita verá la luz el 14 de enero del 2022. Vale resaltar la ansiedad que provocó la permanencia del elenco original, ya que Courteney Cox y David Arquette también se manifestaron celebrando la propuesta de una continuación de la historia que inició en los 90’ y no tratarse de un remake, o un reboot, como se han aprovechado hasta el hartazgo los productores de Hollywood de revitalizar los clásicos del género que nos estremecieron en el pasado.
Pero no todo es motivo de exaltación, porque la principal razón de la preocupación que inquieta a sus seguidores tiene que ver directamente con la ausencia del mítico Wes Craven, director de todas las partes de la franquicia, debido a su muerte en el 2015, tan sólo un año después del estreno de Scream 4, la última película que dirigió el maestro del terror luego de una extensa trayectoria que comenzó a principios de la década de los 70’ formando parte de la avalancha de cineastas que revolucionaron el género. No es para menos, ya que existen varios casos que corroboran el desastre que puede implicar este infortunio. Doctor Sueño es un buen ejemplo de todo lo que se espera que no pase con esto, así Wes Craven no tiene, como Stanley Kubrick, que revolcarse en su tumba. Pero aún es temprano para lamentos y tampoco será un impedimento de encandilarnos con un éxito desgarrador, a pesar de la elección de Spyglass Entertainment que puso en su lugar a Tyler Gillett y Matt Bettinelli-Olpin, la dupla realizadora de películas como Heredero del Diablo y Boda Sangrienta.
Otra presencia fundamental en este proyecto a pedido de William Sherak, que sirvió de brújula al proceso de escritura encarado por James Vanderbilt y Guy Busick, sin dudas es la del guionista Kevin Williamson como productor ejecutivo, que fue quien comunicó días atrás su satisfacción por la finalización del rodaje, tras los reiterados inconvenientes ocasionados por la pandemia. A su vez en el hilo de tweeter reveló un detalle que generó el desconcierto y la molestia de sus fans: el título de la nueva película no será Scream 5, como era de suponer, sino simplemente Scream como la pieza original. A pesar de que no hay mucha información sobre su trama, lo que sí sabemos es que, además de los nombres mencionados, el elenco también está conformado por Jenna Ortega, Dylan Minnette, Jack Quaid y Marley Shelton, esta última hizo su primer aparición en Scream 4 interpretando a la colega del fiel comisario Dewey Riley.
Sin más preámbulos, a continuación repasamos algunos puntos a tener en cuenta:
Slasher: ¿Cuál es tu película de terror favorita?
La aparición de Scream significó una renovación del slasher, subgénero del cine de terror que se basa en la amenaza de un asesino serial. Comprendiendo alusiones a sus raíces constantemente, la propuesta de Scream fue más allá de ser una película aislada, sino que priorizó enseñarle al espectador no sólo el reglamento, sino además de proporcionarle información valiosa sobre sus principales referentes. “Todos nos volvemos locos alguna vez… Anthony Perkins, Psicosis” cita uno de los protagonistas refiriendo a la obra cumbre de Alfred Hitchcock, reconocida como una de las principales influencias del slasher. A su vez, también se hace mención de otra pieza precursora como Peeping Tom de Michael Powell. Igualmente la explosión del slasher llegó bastante tiempo más tarde con La Masacre de Texas de Tobe Hooper y Halloween de John Carpenter, dos films sustanciales que, sumado a la poderosa repercusión del giallio italiano con cineastas como Darío Argento y Mario Bava a la cabeza, fueron desencadenantes de la ola de violencia que empapó a la industria hollywoodense en los años 80’. Como un film consciente de su posición, Scream retomó el sendero despiadado de películas como Viernes 13, Prom Night, The Slumber Party Massacre, Pesadilla en Elm Street y muchas más.
El germen latente en la filmografía de Wes Craven
Desde su ópera prima titulada The Last House on the Left, ya parece estar presente cierto germen que terminaría desarrollando luego, ya que es difícil no comparar al dúo de psicópatas de este film con Billy Loomis y Stu Macher. Sin embargo, Wes Craven se catapultó al estrellato más de una década antes del primer timbre telefónico que iniciaba esta sangrienta correntada con el estreno de otra histórica saga cinematográfica llamada Pesadilla en Elm Street, presentando a uno de los villanos más cínicos y despiadados: Freddy Krueger, el asesino que ataca en los sueños de las víctimas con sus garras chirriantes y afiladas. A diferencia de Scream, Wes Craven sólo dirigió dos largometrajes de las tantas oportunidades que Robert Englund encarnó al infame personaje, teniendo en cuenta que son ocho películas y una serie de televisión. Pero la primera es la mejor y la séptima la más insólita, que a su vez es en la que más podemos percibir un punto que en Scream, Craven exploraría profundamente: la concluencia entre el cine y la realidad. En La nueva pesadilla aparece un Freddy Krueger real que persigue al elenco actoral, inclusive a Robert Englund. La tercer parte de Scream básicamente es esto, pero sin su vertiente sobrenatural.
La vida es como una gran película… sólo que no podés elegir el género
El aspecto conceptual de lo que se conoce como “Cine adentro del cine” es fundamental para entender la perspectiva de Scream a partir de diferentes abordajes. Es idóneo remarcar que es una saga que la cinefilia va a disfrutar mucho más, que quien no asimile ninguno de los guiños presentes y tampoco esté al tanto de su modus operandi. Yendo de detalles explicativos al rigor de su literalidad, Scream desenmascara analíticamente la capacidad del séptimo arte para reflejarse sobre su eje. Primero retrata una sociedad trastornada por el influjo del cine sobre la psicología de las personas, remedando la paranoia discursiva que la violencia en la pantalla gigante despierta la violencia intrínseca colectiva. Luego traduce la normativa poniendo en palabras el funcionamiento de una secuela, de una trilogía, o lo que sucede cuando ya no hay más reglas, convirtiendo a Randy, el cinéfilo, en una fuente de respuestas capaz de prever el próximo paso del criminal ya que ambos dominan el mismo lenguaje. También establece a la sala de proyección y al set de filmación como escenarios perfectos para una auténtica carnicería en vista de la resonancia iracunda que acrecienta el morbo y la crueldad de sus aficionados. Y finalmente, presenta la parodia como el karma de la supervivencia, con la franquicia de Puñalada imitandoa la verdadera saga y burlando la consigna de “basado en hechos reales” con la ficcionalidad de la ficción.
La máscara
La particularidad de la saga que la distingue de la convención de los demás slashers, es que en Scream el asesino va cambiando de película a película, al contrario de lo que sucede, por ejemplo, con Jason en Viernes 13, Michael Myers en Halloween, Freddy Krueger en Pesadilla o Leatherface en La Masacre de Texas. Quien porta el cuchillo siempre es alguien nuevo que intenta continuar la tarea de su predecesor influenciado por la ola de crímenes alrededor de Sidney Prescott a lo largo de los años. Aunque casi ni se lo menciona, el antagonista es conocido como Ghostface hasta el momento de descubrir cuál de los personajes del film es quien lleva puesta la máscara. Esto nos permite sospechar que puede ser cualquiera ya que el homicida siempre se presenta con un decodificador de voz, interpretada por Roger L. Jackson, para evitar que se reconozca su verdadera identidad. Además de que su atuendo está fácilmente al alcance de los habitantes de Woodsboro como un disfraz que se consigue en cualquier cotillón.
La escalofriante expresión de la máscara está inspirada en “El Grito”, la obra del célebre pintor noruego Edvard Munch, mientras que el relato tomó como inspiración el caso del asesino en serie Daniel Harold Rolling, también conocido popularmente como “El Destripador de Gainesville”. RJ Torbert, el diseñador de Ghostface también sorprendió con sus declaraciones al respecto de esta nueva entrega, aclarando que habrá algunos cambios en torno a la figura del villano. Así mismo lo comunicó en sus redes agregando muchos más interrogantes a los ya existentes: “Ha habido un rumor de que la máscara ultra blanca está involucrada”, dijo Torbert. “Lo que les diré es que el asesino, el principal asesino, no tendrá la máscara ultrablanca. ¡Hay algo más involucrado, y no es la máscara blanca! “
Ghostface vs. Lakewood Slasher
A mediados del 2012, MTV anunció la serie televisiva inspirada en la película con el mismo nombre. Incluso se habló de que Wes Craven dirigiría el episodio piloto, algo que finalmente no sucedió, y recién se estrenó en el 2015. Al año siguiente apareció la segunda temporada a pesar de la disconformidad de los amantes de la saga y la avalancha de críticas negativas que recibió la primera. Netflix adquirió los derechos de la serie antes de que salieran a la luz las denuncias de abuso sexual contra Harvey Weinstein, que junto a su hermano Bob, eran los productores de los films. Luego de que la compañía de los Weisnstein se declaró en bancarrota, Lantern Entertainment pasó al frente, pero no pudo llegar a un acuerdo con la plataforma para la emisión de su tercer temporada, aun cuando es sabido que ya está terminada hace mucho tiempo.
La serie desilusionó todo tipo de expectativas y no se puede hacer responsable a la infinidad de obstáculos legales que enfrentó su producción, como por ejemplo, la prohibición del uso de la máscara original obligando a reemplazar a Ghostface por Lakewood Slasher. En la serie todo es análogo, pero inferior: actuaciones trilladas, un guion predecible y casi nada de terror. Lo único interesante pasa por advertir la disyuntiva con la saga, como la estampa de un pasado que condena a la protagonista a raíz de sus lazos familiares o las reflexiones actuales sobre la dilatación dramática que conlleva traducir una película a una estructura que la divide en capítulos. Pero sólo se trata de una distracción lúdica para facilitar su visionado, ya que la serie no le llega ni a los talones a su fuente original y logra fastidiar incluso cuando intenta asemejarse repitiendo absurdamente la regla fundamental de toda película de terror que la saga nos enseñó: “nunca, bajo ninguna circunstancia digas ‘Regreso en un momento’ porque nunca regresarás”. Así que esperamos, con los dedos cruzados, que se cumpla la profecía con este reboot poco encantador, mientras destinamos toda nuestra expectación a la quinta entrega cinematográfica ilusionándonos con la sustentación de su legado.