En tiempos donde el consentimiento es un elemento infaltable en cualquier tipo de relación y el contacto humano es algo tan deseado, las series también lo abrazan de la mano de los coordinadores de intimidad. Hablamos con Ita O’Brien, quien se encargó de dar forma detallada a cada movimiento en las escenas íntimas de Normal People, Sex Education y I May Destroy You, y en consecuencia dar lugar a historias profundas y reales.
“Si te duele podemos parar, solo decímelo”, dice Connell Waldron a Marianne casi sin pestañar mientras ella sonríe tímida y se muerde los labios sutilmente, tan solo momentos antes de tener relaciones sexuales por primera vez. Normal People es la serie de la BBC y Hulu que enamoró a millones durante la cuarentena y que tiene como cimiento los detalles y la complejidad de la intimidad en una historia de amor cargada de realismo, naturaleza y despojada de prejuicios.
Ita O’Brien leyó el guion, habló con los actores, con el director y hasta con el departamento de vestuario para después encargarse de coreografiar y ensayar cada mano, cada beso y cada acercamiento. La coordinadora de intimidad británica trabaja desde 2014 en el desarrollo de un protocolo para generar un espacio respetuoso que sostenga a los actores a la hora de hacer escenas de intimidad. Un cambio radical en la industria. Esto permitió que hoy existan narrativas como Normal People, Sex Education y I May Destroy You, en las cuáles Ita participa y presenta un nuevo paradigma de consumos culturales.
“¿Te puedo abrazar pecho con pecho? Se invitan, lo hacen y respiran. ¿Panza con panza? Lo hacen y respiran”, explica O’Brien a Cinéfilos los detalles sobre su proceso creativo a través de Zoom mientras descansa de la grabación de Sex Education 3. La misma compara su rol de coordinadora de intimidad con los coordinadores de dobles de riesgo ya que ambos desarrollan técnicas para cuidar al actor. Aunque su impacto va mucho más allá.
“Cuando le hablas a alguien normalmente te paras a la distancia de un brazo. Una vez que te acercas es raro”, explica Ita haciendo hincapié en la existencia del espacio personal y la importancia del tacto para los seres humanos. No es casualidad que en los orfanatos se recomienda no abrazar o alzar a los niños o que aunque estemos en pandemia sin poder abrazarnos reemplacemos el contacto corporal con el codo. “Más allá de las miradas y el habla, en el tacto hay algo que crea conexión”, dice la coordinadora de intimidad recordando Avatar y sus trenzas que funcionaban como terminaciones nerviosas y al tocarse generaban un encuentro entre dos personajes.
Aunque a la par del tacto viene el consentimiento que finalmente pasó a ser palabra sagrada en la sociedad porque incluso en pandemia nos vemos obligados a preguntar a nuestros amigos más cercanos: “¿Das la mano? ¿Codo? ¿Abrazo? ¿Cuáles son tus reglas?”, y en Hollywood. El punto de inflexión llegó con las denuncias de abuso contra Harvey Weinstein, el movimiento #MeToo e historias como la de Maria Schneider, la protagonista de “Last Tango in Paris” que reconoció haberse sentido humillada tras grabar una escena de una violación que no estaba en el guión hasta minutos antes.
“Cada vez que dos acuerden hacer algo a un tercero sin su permiso es abuso”, reflexiona Ita en referencia al escándalo. Sin embargo todavía existen actores y directores que se consideran lo suficientemente experimentados para no necesitar un coordinador de intimidad. “Puede que no me dejen hablar con los actores y me quede detrás”, explica con pena y recalcando la importancia de ser respetuosa. Aunque esto tarde o temprano queda en evidencia en el desarrollo narrativo.
“Lo físico cuenta la historia”, dice Ita ya que no sería lo mismo si Connell y Marianne tocasen y besasen como lo harían los actores: Paul Mescal y Daisy Edgar Jones. Esa es la clave. Aunque el trabajo de los coordinadores de intimidad no está solo en las escenas sexuales, sino en todo tipos de tacto y relaciones. Por ejemplo en “I May Destroy You” de HBO, todas las escenas son contenido íntimo.
La historia de Michela Coel basada en sus propias experiencias navega diferentes situaciones de abuso y los efectos, conscientes o no, que esto conlleva. Mientras Arabella apoya sus manos contra la pared detrás de la cama, Zain se encuentra detrás y se saca el preservativo rápidamente continuando con el acto sexual. Aunque cuando ella se percata, el mismo ya había eyaculado y dice: “Pensé que lo habías sentido”, desprendiéndose de responsabilidad. “Esa escena la ensayamos con casi 4 meses de anticipación”, comenta Ita O’Brien para destacar la importancia de saber cómo y donde serán tocados los actores.
Allí, en el detalle, es donde aparece “lo precioso de los coordinadores de intimidad”. Cada movimiento tiene un porqué que hace avanzar a la trama. Esto sucede en Normal People, donde los personajes dejan ver su evolución y desarrollo en las escenas de sexo, o en Sex Education cuando un hombre se masturba sobre Aimee y ella no vuelve a ser la misma.
Al mismo tiempo, lo particular detrás de las series mencionadas es que son historias que se animaron a ahondar en la intimidad y fueron escritas por mujeres. Tanto que en I May Destroy You los detalles de la menstruación son protagonistas, hasta el punto de que un coágulo de sangre es el elemento principal de una escena de sexo. “La mitad de la población pasa entre 35 y 40 años de su vida sangrando en el ciclo menstrual, una semana todos los meses. Eso es aproximadamente 4.080 semanas en la vida de la mitad de la población”, O’Brien explica su razonamiento a la hora de hacer la escena y lo indispensable de la existencia de las mismas ya que las experiencias femeninas también son parte de la humanidad.
El proceso del coordinador de intimidad es 360º y no acaba en el set. De acuerdo con Ita, lo más importante es cómo se sienten los actores una vez desconectados del trabajo cuando ya pusieron en práctica técnicas para dejar ir la experiencia. “Chequeamos un día después que estén cómodos y si es necesario se hacen correcciones”, aseguró la británica. En consecuencia, según explica Ita, muchos agradecen su presencia y ven el trabajo con otros ojos. “Sé que esto es lo que voy a seguir haciendo y voy a exigir de acá en adelante”, le dijo uno de los actores a O’Brien.