Leopold Hornung, actor del éxito de Netflix, contó cómo fue trabajar en la serie y lo que significó ser parte de la escena final. Además, revela el gran misterio detrás de su ojo
A poco más de dos meses del final de Dark, todavía seguimos pensando qué fue lo que pasó en la serie. Aún cuando la producción de Netflix llegó a su final, quedaron algunos cabos sueltos que nos permitieron seguir esbozando teorías en torno a una de las mejores historias que se lanzaron en la plataforma.
La creación de Baran bo Odar y Jantje Friese dejó muchas dudas alrededor de historias secundarias. Una de ellas, tuvo que ver con lo que le pasó en el ojo a Torben Wöller (Leopold Hornung). Si bien nunca se explicó al detalle, muchas veces se jugó con la posibilidad de hacerlo pero nos terminaron dejando con las ganas.
Por eso, fuimos a buscar al actor que se encargó de interpretar al particular policía de Winden, que nos contó por qué su personaje estaba tuerto. Además, habló de lo que significó ser parte de este éxito de la N roja de la mano de Odar, con quien ya había trabajado en la película Who am I.
¿Qué significó ser parte de Dark?
Fue increíble trabajar todos estos años con Baran bo Odar, está con cada uno de los actores, cada personaje, se sabe cada diálogo. Está muy metido en la historia, como que de alguna forma te toma de la mano y te guía. No sabíamos que iba a tener esta recepción aunque al ser la primera producción alemana de Netflix esperábamos que generara algo.
¿Cuánto entendiste de la historia?
Antes de ser parte del elenco sólo te dan algunas partecitas de los guiones, entonces no entendés. Pero como conozco a Baran desde hace tiempo, escuché sobre la idea, la historia, los personajes y qué iba a pasar. Cuando deciden que vas a estar en la serie, te dan los guiones y los leés, también tenemos que concentrarnos y enfocarnos en cada historia, cada personaje. Pero además yo estoy sólo en una línea temporal, no lidié con los otros tiempos. Igualmente, leí todos los guiones y a veces necesitaba un poco de ayuda, que me explicaran el trasfondo. Pero es distinto a un espectador que por ahí lo tiene que ver dos veces para entender. Nosotros teníamos los guiones y tiempo para leerlos muchas veces, meternos en personaje, en el ritmo de la historia. Pero así y todo es complicado. Al final todo cierra, tiene sentido, tenés que meterte en la historia. Jantje Friese, la autora, es una genia.
Quedaron algunos misterios sin resolver y cabos sueltos. Por ejemplo, no explicaron mucho sobre Wöller y su hermana…
Es algo que aprendí siendo parte de una serie con tantas temporadas. Al principio desarrollan un personaje. A partir de ahí ven cómo evoluciona en la temporada. Está bueno porque les da libertad para rellenar la historia de ese personaje con más cosas, hacerlo crecer durante el rodaje o las entregas de la serie. Antes de cada temporada pensaron con quién podría involucrarse. También hay muchas cosas que tienen que contar hasta el final, no pueden decir todo de cada uno de los personajes, tiene que haber cabos sueltos. Nos encantaría contar más sobre mi vínculo con mi hermana, pero son sólo 8 episodios (por temporada).
También se reservaron contarnos qué le pasó al ojo de Wöller.
Es el mayor secreto, no sabía que iba a causar tanto revuelo con los fans. Cada vez que subo algo a Instagram todo el mundo me escribe que tengo que contar qué pasó.
¿Por qué está tuerto?
La idea con el ojo fue algo que empezó desde el principio, cuando nació el personaje. Baran bo Odar tenía esta idea de que todos tienen ciertas marcas, cicatrices. Nos pusimos a pensar qué podía hacerse con Wöller con esto de las lesiones. Se nos ocurrió lo del ojo. No fue mi decisión, pero creo que desde el principio estuvo claro que no se iba a contar qué pasó. O que quizás empezarían a contarlo pero no lo harían.
Fuiste parte de la última escena de la serie. ¿Qué significó esto para vos?
Amé el final, me encantó. Fue increíble. Le sucedieron tantas cosas a mi personaje desde el comienzo. Nunca pensé que iba a ser parte de la serie, pero de pronto lo fui y tuve esta idea sobre Wöller, empezamos a pensar cómo hacerlo especial, distinto al resto, se nos ocurrió lo del ojo y qué pudo haberle pasado, apareció mi hermana y eso cambió a mi personaje. Lo desarrollé todo el tiempo, como también los creadores, que hicieron lo mismo con los otros personajes. Y cuando leí la última escena, de pronto estaba involucrándome con las familias que no me había vinculado antes, y de repente era el padre de lo que sea que pase en el futuro. Esto es lo más lindo de trabajar con ellos dos (Odar y Friese), que no sabía qué podía pasar en 4 años, siempre hubo lugar para la sorpresa.
Otro de los grandes logros de la serie fue el casting que hicieron.
Simone Bär, la directora de casting hizo algo increíble junto con los creadores. Para mí fue lo que mejor que vi en una serie alemana, no sólo porque se parecen y podrían ser hijos, parientes entre sí, pero porque también son muy buenos actores.