Casi por accidente, el documentalista Bryan Fogel descubre una conspiración en el gobierno ruso para sortear cualquier control anti doping durante los juegos olímpicos y a un excéntrico científico renegado que puede exponer todo a la luz, con peligrosas consecuencias.
Cuando la realidad supera a la ficción, nos encontramos con casos donde aún la más elaborada fantasía se vuelve burda y nos deja inmersos en un mundo donde todo es posible. Icarus intenta mostrar que sucede cuando se pone la lupa sobre lugares insospechados y se revela una trama de corrupción y espionaje que pone en shock al más desprevenido. ¿Qué se oculta debajo de los engranajes del poder? ¿Cuál es la verdadera cara del mundo en que vivimos?
Investigando sobre los casos de doping en el deporte mundial con el famoso caso de Lance Armstrong, el ciclista estadounidense, el documentalista Bryan Fogel busca encontrar la forma de repetir sus resultados, burlando el sistema de control de doping y ganando una de las carreras amateur de ciclismo más difíciles del mundo, para exponer la corrupción detrás de mundo del deporte. En su camino, se cruza con Grigori Rodchenkov, un científico ruso que dice tener la fórmula correcta para burlar cualquier control antidoping y que más tarde, se revela como una de las mentes maestras detrás de la estafa deportiva más grande de la historia: la supremacía rusa a nivel olímpico.
Icarus sube la apuesta desde una historia sin mucho impacto, casi a título personal y se convierte en una exposición a nivel internacional en el que está involucrado el mismísimo presidente Putin y toda la cúpula de poder ruso, con una persecución humana, secretos de estado, la influencia de la KGB y muertes misteriosas de personas claves en la investigación.
Exquisitamente contado y con el suficiente dinamismo para meternos en un mundo que no es usual, Icarus mantiene al espectador pegado al asiento mientras los riesgos van subiendo y lo que a primera vista parece un documental común y corriente, se convierte en una denuncia peligrosa que nos muestra los oscuros personajes que existen en las grietas de la política y la importancia que tienen las apariencias, aún en algo tan aparentemente efímero como el deporte. ¿Puede una medalla comprar una guerra? Las respuestas que da la película son francamente escalofriantes.
El poder de un documental es echar luz sobre lugares donde el ojo común no suele posarse. Icarus es una muestra de esto: el poder de la investigación periodística para evidenciar y controlar los juegos de poder que suceden a nuestras espaldas y como, muchas veces, la gloria no es más que una mentira que se paga con sangre inocente.