El London Film Fair está teniendo lugar a lo largo del día de hoy en el Westminster Central Hall, a escasos 150 metros de la Abadía de Westminster, el Big Ben y el Parlamento Británico, en pleno centro de Londres.
Se calcula que varios miles de personas se pasearán a lo largo del día de hoy por los diferentes puestos de la Feria, que cerrará sus puertas a las 15.00 horas local. El evento se viene celebrando desde los años 70 y se ha arraigado con fuerza en la vida cultural londinense. Aunque con los años ha ido cambiando de nombre, hunde sus raíces en la Convención de Coleccionistas que organizaba cuatro décadas atrás Ed Mason.
Por el módico precio estándar de seis libras esterlinas el visitante puede toparse en un ambiente freak cinematográfico sin parangón. Uno de los puntos más sorprendentes del evento es la edad media de sus asistentes, casi todos de la segunda o de la tercera edad, que es la generación que creció con el tipo de producciones que se exhiben en la Feria.
La Feria se divide en dos salones. En el primero de ellos, el visitante se encuentra con diversos puestos donde se pueden adquirir todo tipo de merchandising cinematográfico; libros de cine; revistas especializadas en cine fantástico y de terror, muy especialmente de serie B; DVDs y Blu-Rays de films tremendamente difíciles de encontrar en el mercado; o fotografías y pósters autografiados de estrellas de Hollywood, a precios prohibitivos (por ejemplo, una simple foto firmada por Christian Slater se vendía al módico precio de 65 libras esterlinas o, al cambio, casi 1.300 pesos argentinos).
Entre lo más destacado, nos ha llamado la atención la venta de libros de coleccionista imposibles de encontrar en el mercado a día de hoy, pues son imprimidas por casas editoriales independientes y en muchos casos, por imprentas financiadas por los propios vendedores. Así, hemos podido ver libros temáticos sobre cine cutre de los años 60 y 70, un estudio sobre los zombies en el cine, o el cine producido en los años 50 en plena era atómica. Una auténtica delicia para los seguidores de las historias pulp y de los fans de otra manera y época de hacer cine.
Mucha memorabilia y muchas colecciones de películas y de libros sobre las inevitables casas de producción míticas del cine británico: la Hammer Films (con especial culto a las figuras de Christopher Lee y Peter Cushing) y la Anglo-Amalgamated, cuyas películas fantásticas y de terror en los 60 y 70 son menos conocidas que las de la Hammer a nivel internacional, pero que son reverenciadas casi con enfermedad en suelo inglés.
También era inevitable encontrarse con un interminable catálogo sobre el cine italiano de los 60 y 70, especialmente los giallo y sus mejores autores (Lucio Fulci, Dario Argento, Umberto Lenzi…) y los añorados peplums de cartón piedra rodados en estudio y que contaban con Steve Reeves como estrella de la función.
En este primer salón de la Feria, uno podía adquirir películas auténticamente delirantes en DVD originales. Aunque pueda sonar a broma, títulos como Platillos volantes sobre Estambul, producida por Turkeywood o Batman y Robin filipinos podían ser adquiridos por unas pocas libras, con extras sobre su realización incluídos.
En el segundo salón de la Feria, estaban situados los puestos para las estrellas invitadas (en realidad secundarios de películas famosas). Entre las estrellas que nos hemos encontrado, que firman autógrafos y se sacan fotos con quienes pagan una entrada especial cuyo precio oscila entre las 10 y las 20 libras dependiendo del caché del actor/actriz de turno, se encontraban las siguientes:
Freddie Jones (Dune)
El enano Rusty Goffe (Willy Wonka)
La niña Ivy Wong (Star Wars: Rogue one)
Sian Phillips (Yo, Claudio)
O un lote de chicas Bond secundarias como Catherine Rabbett, Marilyn Galsworthy, Joni Flynn o Safira Afzal, con las cuales uno se podía sacar una foto conjunta y sentirse 007 por el módico precio de 80 libras.
Un lugar de encuentro para los freaks del cine de género y de serie B y Z ,que volverá a abrir sus puertas en su siguiente evento el próximo mes de abril.