El director iraní Jafar Panahi nos trae Un Simple Accidente, una película enérgica y directa que le valió la Palma de Oro en Cannes.
El MUBI Fest abrió su edición 2025 en Argentina con un crudo relato que no solo pinta la realidad de un país envuelto hace décadas en un régimen violento, sino que también retrata los efectos del odio en las personas. El compromiso social y político de Jafar Panahi, quien volvió a filmar después de 15 años (3 de esos en la cárcel), queda explayado a la perfección en Un Simple Accidente, la historia de un grupo de personas atormentados por la violencia vivida en carne propia.
En su estructura, la película se muestra sencilla, directa y efectiva para hacerse entender sin necesitar compartir alfabeto. Sin embargo, no deja de ser una celebración dura y, por momentos, extremadamente cruda del cine y del poder de expresar una sensación tan fuerte como lo es el de la libertad por fin obtenida.
La incredulidad de los vencedores vencidos
Un Simple Accidente trata sobre el fatídico día en el que un hombre, quien estuvo años preso por protestar por un reclamo salarial, cree haber encontrado al tipo que lo torturó todo el tiempo que estuvo privado de su libertad y con los ojos tapados. El hombre decide hacer justicia por mano propia y secuestra a su supuesto torturador. Mientras maneja con una persona metida en un cajón en su camioneta, el hombre empieza a dudar.
En medio del caos y el nerviosismo de posiblemente haber secuestrado a su torturador, Vahid busca a otras personas que hayan sufrido a su mismo demonio para que lo puedan reconocer. Y así el film se convierte en una especie de road movie nihilista que se moviliza en forma de una camioneta llena de personas lidiando con un tsunami de emociones, entre los que destacan la euforia, el odio y el temor, y que van de catástrofe en catástrofe (hasta permitiendo un poco de humor entre tanta tensión).
La película expone la manera en la que la posibilidad de una venganza, lejos de ser justicia, se exhibe como la demostración más evidente de la victoria de los torturadores. Las dudas de cual acción tomar sobre el enemigo común, que de a ratitos se humaniza, remarca que la libertad no se recupera simplemente con la liberación física del individuo.
Una celebración de los recursos del cine
Desde lo técnico, Un Simple Accidente también muestra uno de los costados que se pierden en el gran recorte que realizan los estudios para las superproducciones. Fondos de cámara, sets al aire libre, una iluminación acorde para lograr contrastes necesarios para cada escena y una cámara que juega a ser narrador. Un aspecto que, si bien no está perdido del todo, siempre es importante resaltar.
Un relato de carne propia
Jafar Panahi creó una película que surge y se alimenta de su nueva libertad. En 2010, al director iraní se le prohibió rodar, y en julio de 2022 entró en la cárcel. Después de ser atacado por participar en una manifestación contra el gobierno de su país, completó cinco películas desde la clandestinidad. Sus films se aventuran en la posibilidad de un cine entendido como un lugar problemático, político y libre.