La icónica actriz de Annie Hall y El Padrino, Diane Keaton, falleció en California. Su familia confirmó la noticia y pidió respeto en este momento de duelo.
Diane Keaton, una de las intérpretes más influyentes del cine estadounidense, murió este sábado a los 79 años en su residencia de California, según informaron medios locales y confirmaron sus familiares en un comunicado. Aún no se dieron a conocer las causas del fallecimiento, aunque se pidió privacidad mientras sus seres queridos atraviesan el duelo.
Nacida como Diane Hall en Los Ángeles en 1946, adoptó el apellido de su madre para forjar una de las carreras más versátiles y admiradas de Hollywood. Tras dar sus primeros pasos en el teatro, Keaton alcanzó fama mundial gracias a su papel de Kay Adams en El Padrino (1972) y consolidó su lugar en la historia del cine con Annie Hall (1977), la película de Woody Allen por la que ganó el Oscar a Mejor Actriz. Su interpretación marcó una generación y redefinió el concepto de heroína romántica en la gran pantalla.
Con más de cinco décadas de trayectoria, Keaton brilló en géneros tan diversos como el drama, la comedia y el romance. Participó en éxitos como Reds, El padre de la novia, The First Wives Club y Something’s Gotta Give, donde compartió pantalla con Jack Nicholson y volvió a ser nominada al Oscar. Su estilo único, su carisma y su capacidad para mezclar humor con vulnerabilidad la convirtieron en una figura admirada por colegas y público por igual.

Más allá de su faceta actoral, Diane Keaton fue directora, productora, fotógrafa y escritora. Su amor por la arquitectura, el arte y la moda la llevó a convertirse en un ícono cultural. Su forma de vestir —sombreros, trajes masculinos y camisas oversize— se transformó en una marca registrada que inspiró a generaciones de mujeres dentro y fuera de la industria.
Madre adoptiva de dos hijos, Dexter y Duke, Keaton llevó adelante una vida personal discreta, lejos del ruido mediático que acompañó a su fama. Su legado, sin embargo, trasciende la pantalla: fue una artista que supo construir personajes complejos, emocionales y profundamente humanos, dejando una huella imborrable en la historia del cine.










































