La cinta, titulada Critterz, prometió realizarse en nueve meses con un presupuesto inferior a los 30 millones de dólares.
OpenAI sorprendió al mundo del cine al anunciar Critterz, el que será recordado como el primer largometraje animado producido casi íntegramente con inteligencia artificial. La compañía detrás de ChatGPT decidió dar un paso fuerte en la industria del entretenimiento, combinando sus modelos más avanzados; entre ellos GPT-5, DALL·E y Sora; con un pequeño equipo creativo. El proyecto nació de un cortometraje experimental de Chad Nelson, y ahora se expande hacia una película de 90 minutos de duración.
Lejos de los tiempos y presupuestos habituales en los grandes estudios, Critterz apunta a romper esquemas. Mientras una producción animada tradicional demanda entre tres y cuatro años de trabajo, este film tiene la meta de completarse en apenas nueve meses. La diferencia de costos también es llamativa: el presupuesto ronda los 30 millones de dólares, un número muy bajo si se lo compara con los más de 150 millones que suelen costar las grandes apuestas de Disney o DreamWorks.

Un nuevo modelo de producción
El equipo detrás de la película apenas reúne a 30 personas, una cifra mínima para un largometraje animado. Gran parte de las tareas, desde la escritura del guion hasta la animación y el diseño de escenarios, se apoyan en herramientas de IA. Sin embargo, los productores dejaron en claro que la intervención humana sigue siendo clave, sobre todo en la narración, la dirección artística y las voces, donde la sensibilidad creativa no puede ser reemplazada.
Uno de los aspectos más innovadores está en la forma en que se gestionarán las ganancias. Además de sus honorarios, los artistas y técnicos involucrados recibirán participación en los beneficios si la película consigue un buen desempeño comercial. De esta manera, se busca equilibrar el riesgo de experimentar con nuevas tecnologías y garantizar que los creativos no queden relegados ante el protagonismo de la IA.
La historia de Critterz se inscribe dentro del género fantástico familiar: criaturas de un bosque que ven alterada su rutina con la aparición de un ser misterioso. El argumento, a simple vista, no rompe moldes, pero lo disruptivo pasa por el proceso detrás de cámaras. Más allá de la trama, lo que se juega aquí es un modelo que podría transformar cómo se hacen películas en el futuro cercano.




El lanzamiento mundial está previsto para mayo de 2026 en el Festival de Cannes, un escenario de máxima visibilidad para una apuesta de este calibre. Después, se espera una distribución internacional tanto en salas como en plataformas de streaming. Claro que el proyecto no está exento de polémicas: los gremios de guionistas y animadores advierten por el impacto en el empleo, mientras que otros plantean dudas éticas sobre los derechos de autor de las obras generadas por IA. El éxito, o fracaso, de Critterz será un termómetro decisivo para el futuro del cine animado.