La última entrega de la saga protagonizada por Tom Cruise, Misión Imposible: Sentencia Final, no tuvo la recepción esperada en la taquilla.
No hay dudas de que Misión Imposible es una de las franquicias más exitosas del cine de acción. Con Tom Cruise en el papel de Ethan Hunt, la saga cuenta ya con ocho películas, siendo la más reciente Sentencia Final. Sin embargo, esta última enfrenta un serio problema: la taquilla.
¿Qué ocurre?
El estudio financiero de la saga arroja un contraste notable. El film original de 1996, que contó con un presupuesto de 80 millones de dólares, consiguió un retorno de inversión del 471%. En cambio, Sentencia Final se encuentra frente a pérdidas proyectadas de entre 200 y 300 millones de dólares, según estimaciones del sector.
Este panorama representa un momento decisivo para la franquicia: por primera vez, corre el riesgo de no recuperar el dinero invertido en su estreno. De acuerdo con Puck News y otras fuentes especializadas, la octava película se ha transformado en una de las apuestas más arriesgadas de la industria cinematográfica, con un costo de producción confirmado de 400 millones de dólares, ubicándose así como la cuarta cinta más costosa de todos los tiempos.
¿Cómo viene la recuadación de la cinta?
Según Puck News, para alcanzar el punto de equilibrio en salas, Paramount Pictures necesitaría recaudar alrededor de 1.000 millones de dólares a nivel global, una cifra que ninguna entrega previa de Misión Imposible ha logrado en casi tres décadas. Las estimaciones actuales sitúan la recaudación total entre los 550 y 650 millones, lo que coloca al estudio frente a pérdidas considerables, incluso superiores a las generadas por Dead Reckoning Part One, que sufrió una merma de entre 100 y 200 millones de dólares durante su exhibición en cines.
El costo total de Sentencia Final, sumando los gastos de promoción, calculados en unos 150 millones de dólares, asciende a aproximadamente 550 millones, más del doble de lo que costó Mission: Impossible – Fallout (2018), que con 178 millones de inversión logró ingresos globales por 791 millones, la cifra más alta de la saga.
Durante sus primeras cuatro semanas en cartel, la nueva entrega acumuló 506 millones de dólares en taquilla mundial: 165,3 millones en Estados Unidos y Canadá, y 340,5 millones en el resto del mundo. Aunque logró el debut más exitoso de la franquicia con 64 millones en sus primeros tres días (superando los 54,7 millones de Dead Reckoning), sus cifras proyectadas están muy por debajo del umbral necesario para cubrir los gastos.