A corazón abierto, Drew Barrymore habló sobre su tumultuosa infancia, su lucha con la adicción y cómo la ayudó Adam Sandler.
Drew Barrymore saltó al estrellato con tan solo 7 años tras su rol en ET. Ese rol la convirtió en una de las niñas prodigio que encantaba a los presentadores de los Talk Shows con su ternura. Sin embargo, detrás de esa imagen había una historia familiar de violencia, abandono y alcohol que la expondría antes de los diez años a excesos inimaginables para la mayoría de los adultos. Una historia que incluye a Adam Sandler como uno de sus héroes.
“Me llevaron en plena madrugada a un lugar que era más una institución psiquiátrica que rehabilitación a los 13 años. Me pusieron un collar con alambres de púas, y al cruzar esas dos puertas… no salías. Si te portabas mal, te metían a un cuarto acolchonado o te amarraban en una camilla”, declaró Barrymore sobre su internación de 18 meses tras un escándalo mediático. “Me metieron a un lugar que me dio 18 años de crianza en solo un año y medio. Ella simplemente no podía ser madre”, reconoció la actriz.
Esa experiencia la hizo tomar una decisión consciente de rehacer su vida. Pero había un problema, nadie en Hollywood quería trabajar con ella por sus escándalos mediáticos. “Estaba vetada del mundo del cine. Era ‘la chica loca de la institución mental’”, contó Barrymore.
La empatía de Sandler
“Parecía imposible, pero quería trabajar con Adam Sandler”, manifestó la actriz de 50 Primeras Citas. Barrymore contó que le pidió ir a tomar un café y charlaron sobre un posible proyecto, pero el objetivo de Drew era manifestarle su admiración y sus ganas de trabajar con él. “Él creyó en mí a pesar de todo. Él fue mi salvación en mi carrera”, sintetizó.

Es así como Sandler y Barrymore tuvieron su primera experiencia en una de las tantas comedias románticas en 1998. Interpretaron a Robbie y Julia en la adaptación cinematográfica de “The Wedding Singer”, una historia de amor entre un cantante de Casamientos y una camarera que conoce en una de esas fiestas. Esta producción fue el inicio de una gran amistad entre los dos actores, una que se extendió hasta las hijas de sus respectivos matrimonios.
La dupla volvió como pareja de una comedia romántica con “Cómo si fuera la primera vez”, una de las películas más aclamadas de Sandler. En ella, Henry se enamora de Lucy, una chica que perdió su memoria a corto plazo en un accidente de auto. Es por eso que él debe enamorarla cada día. La película tiene una de las secuencias más tiernas en la que Lucy menciona muchas veces “No hay nada como el primer beso”. Barrymore ha destacado que Sandler fue su “mejor beso en cámara”.
Por último, el par se volvió a juntar en 2014 para Blended. En esta nueva historia, Sandler y Barrymore hacen de una pareja que se conoce en una mala cita a ciegas y después se encuentran en un hotel vacacionando con las familias de cada uno.



