La mente detrás de Twin Peaks y Blue Velvet, David Lynch, falleció unos días antes de su natalicio 79, debido a una enfermedad que atravesaba.
Triste noticia en el mundo del séptimo arte. La familia de David Lynch confirmó el deceso del aclamado director y guionista a los 78 años. “Con profundo pesar, nosotros, su familia, anunciamos el fallecimiento del hombre y artista David Lynch. Agradeceríamos un poco de privacidad en estos momentos. Hay un gran hueco en el mundo ahora que ya no está con nosotros. Pero, como él diría: ‘Mantén la vista en la dona y no en el agujero’. Hace un día precioso con un sol dorado y cielos azules hasta el final”, reza el comunicado.
La enfermedad que terminó con su vida
Lynch reveló el año que sufría de enfisema, enfermedad atribuida a su adicción al tabaco. El mismo fumaba desde muy joven y fue lo que lo obligó a retirarse de la silla de director. El creador de la serie Twin Peaks fue diagnosticado con esta enfermedad en el 2020, pero no dejó de fumar hasta dos años después, cuando su condición se volvió crítica.
“Vi la escritura en la pared y decía: ‘Vas a morir en una semana si no lo dejas’. Apenas podía moverme sin jadear en busca de aire. Dejar de fumar era mi única opción. Apenas podía atravesar una habitación. Es como si caminara con una bolsa de plástico alrededor de la cabeza”, le dijo en el 2022 a People.
Sus obras más notables
Fue conocido por sus películas Eraserhead (1977), Blue Velvet (1986) y Mulholland Drive (2001), así como la serie de televisión Twin Peaks (1990–1991; 2017). Su actividad artística se extiende al terreno de la pintura, la música, la publicidad, la fotografía, y el diseño de mobiliario. Recibió la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes por su filme Corazón salvaje (1990). Además fue artífice de Dune (1984) y en el 2019 recibió un Oscar honorífico.
Reconocido admirador de Stanley Kubrick, Jacques Tati, Ingmar Bergman y Werner Herzog, su amor por el dadaísmo y el surrealismo está presente en algunas de sus películas, cuya misteriosa atmósfera mezcla lo cotidiano con lo soñado, escapando a veces a la comprensión exhaustiva del espectador. Lynch destaca como uno de los pocos directores actuales con un estilo auténticamente personal y un referente ineludible en el cine contemporáneo.