Desde finales de 2018, “Antrum” estuvo circulando por la internet, propagando la leyenda de la maldición que lo rodea. ¿Te animás a verla?
La leyenda de “Antrum” se convierte en un fascinante relato de terror por derecho propio. La película, grabada en Bulgaria en los años 70, estuvo envuelta en un manto de misterio y tragedia desde su creación. Se dice que la maldición que rodea a este filme se desató durante su estreno en 1979, cuando el teatro que proyectaba la película se incendió, cobrando la vida de 56 personas.
La historia toma un giro aún más siniestro cuando se examina la cadena de eventos relacionados con los festivales de cine que se atrevieron a considerar la proyección de “Antrum”. Los programadores de festivales que se involucraron con la película parecían enfrentar destinos trágicos e inusuales. Desde muertes por convulsiones hasta electrocuciones y encuentros mortales con animales venenosos, las circunstancias que rodean a aquellos que se cruzaron con “Antrum” son tan extrañas como inquietantes.
¿De qué va?
La trama de Antrum se centra en dos hermanos jóvenes que se ven obligados a sacrificar a su inocente perra por razones desconocidas. Convencidos de que su mascota fue condenada al infierno, deciden cavar un agujero en un bosque para rescatarla. Sin embargo, lo que descubren va más allá de lo que podían imaginar. Además, la película se intercala con imágenes perturbadoras y leyendas urbanas, creando una experiencia inmersiva y única para el espectador.
La narrativa de este “mockumentary” se convierte en una pieza maestra al recrear la estética cinematográfica de los años 70 y construir una mitología alrededor de la película maldita. Detrás de la apariencia de una película perdida de la década de 1970, “Antrum” logra tejer una historia lo suficientemente plausible como para que los espectadores se cuestionen si deben aventurarse en su oscura trama. En ese caso, “Antrum” te da 30 segundos en los que podés arrepentirte y abandonar lo que estás por hacer.
¿Maldición o marketing?
La idea de que “Antrum” es una película maldita es parte de la premisa y el marketing que rodean a la película. La narrativa se construye en torno a la creencia de que el contenido de la película, específicamente relacionado con el pozo llamado “Antrum”, tiene propiedades malévolas y puede tener efectos negativos en aquellos que la ven.
Sin embargo, aquí es donde “Antrum” juega su carta maestra. El espectador, inicialmente convencido de estar viendo un verdadero documental, se encuentra de repente inmerso en la película maldita misma a modo de found footage. El supuesto archivo encontrado cobra vida en la pantalla, transformando la experiencia en una fusión única entre documental y narrativa cinematográfica.
Esta noción de maldición se intensifica mediante la inclusión de elementos perturbadores, imágenes inquietantes y la creación de una atmósfera general que juega con la superstición y lo paranormal. Esta dualidad entre documental y película se convierte en el anzuelo perfecto, atrapando a la audiencia en un juego psicológico donde la línea entre la realidad y la ficción se desvanece. Es importante tener en cuenta que esta narrativa de maldición es ficcional y forma parte de la estrategia de la película para proporcionar una experiencia única e inmersiva al espectador. En realidad, no hay pruebas de que ver la película tenga consecuencias reales o místicas.
Este falso documental dirigido por David Amito y Michael Laicini no solo se apoya en la creación de una película ficticia, sino que juega con la psicología del espectador, sembrando la duda y la inquietud desde el momento en que se encienden las luces. “Antrum” no solo desentierra el mito de lo sobrenatural, sino que también desafía la línea entre la realidad y la ficción de una manera que hará que incluso los más valientes titubeen antes de darle al “play”. ¿Es solo una historia inventada, o hay algo más oscuro acechando detrás de la pantalla? Solo aquellos lo suficientemente valientes para enfrentar el mito de “Antrum” lo descubrirán