“Cuando acecha la maldad” se puede analizar desde distintas perspectivas. Esta vez, elegimos familiarizarla con un hito del folk horror. ¿La viste?
La nueva película de Demián Rugna sigue arrasando por todos lados. Tras ganar el premio a Mejor Película del Festival de Sitges, el furor por Cuando acecha la maldad se desplegó por distintas salas para horrorizar a miles y miles de espectadores por todas partes. En una reciente entrevista que hicimos en Cinéfilos, el cineasta argentino destacó el trasfondo político de la historia, haciendo hincapié en una escena icónica, sin spoilear, sobre un grupo de niños malvados en un paisaje rural.
En sus propias palabras: “También tiene mucho de esa propagación de ideas, esa idea del fascismo, de cómo se propaga entre la gente y les va comiendo la cabeza para que actúen en contra de sus propios intereses también- Afirma Demián, y continúa- Ese despliegue del final, de pensar en las próximas generaciones que son las que agarran al diablo y se lo llevan. Uno piensa, ¿a dónde va a terminar todo esto? Obviamente, las ideas me atraviesan desde que soy un argentino que vive en Argentina, y que transito la realidad como todos. Pero es una película de terror y todo lo que surge después son estos tipos de pensamientos”.
A raíz de esta escena que quedará grabada en la memoria de quien la vea, desde Cinéfilos queremos recomendar un clásico inmortal que comparte ciertas similitudes literarias. Si bien las historias no se parecen en nada, ver un grupo de niños endiablados nos despertó el recuerdo de una pieza emblemática del folk horror: Los chicos del maíz (1984). Dirigida por Fritz Kiersch y basada en la obra de Stephen King, se erige como un clásico del terror de los años 80 que aún mantiene su influencia. La película, que conjura una mezcla de atmósfera inquietante y el temor a lo desconocido, deja una impresión duradera en los aficionados al género.
¿De qué va?
La trama de “Los chicos del maíz” se desarrolla en un pueblo rural donde un grupo de niños liderados por un niño llamado Isaac adora a una entidad demoníaca llamada “El que camina detrás de las filas”. Los niños asesinaron a todos los adultos del pueblo y establecieron su propio culto centrado en el maíz. Una pareja de esposos, interpretados por Linda Hamilton y Peter Horton, se encuentran atrapados en este pueblo mientras intentan llegar a través de Nebraska.
El maíz se convierte en un elemento simbólico poderoso a lo largo de la trama, sirviendo como un vehículo para el horror y la religión distorsionada. Los campos interminables de maíz alto y oscuro crean un escenario visual impactante y claustrofóbico, mientras que la cosecha se convierte en un ritual macabro para los niños del pueblo.
La película dio lugar a varias secuelas y adaptaciones para la televisión a lo largo de los años, y se convirtió en un título de culto dentro del género de terror. La premisa de niños malévolos que lideran un culto en un entorno rural dejó una impresión duradera en la cultura popular. “Los Chicos del Maíz” se alza como un monumento a la capacidad del cine para transformar lo mundano en lo macabro. Esta película sigue siendo un recordatorio de que, incluso entre los campos de maíz, el horror puede florecer de las semillas más oscuras.