La actriz Angelina Jolie, demandó por un gran monto a su ex pareja, Brad Pitt debido a los negocios con el viñedo Chateau Miraval.
Seis años después del divorcio, la disputa entre Angelina Jolie y Brad Pitt continúa. La pareja fue una de las más aclamadas de Hollywood, y cuentan con 6 hijos: Maddox, Pax, Zahara, Shiloh, Vivienne y Knox Leon. Uno de los conflictos es la custodia de los mismos: el actor solicitó que sea compartida y la actriz no está dispuesta a conceder esa solicitud.
Pero en esta oportunidad, la batalla se libra por los bienes en común. Angelina Jolie demandó a su exmarido Brad Pitt, al que pide una compensación de 250 millones de dólares, por los daños supuestamente causados en relación a los negocios de producción de vino que ambos compartían en Francia, según informó la CNN.
La historia de la bodega y la demanda completa
Se llama Château Mirava, la compraron en el año 2008, cuenta con 500 hectáreas y fue el escenario en el que celebraron su boda en 2014. El viñedo tuvo un costo de 45 millones de dólares. En la contrademanda presentada esta semana por la actriz, y a la que ha tenido acceso la CNN, Jolie acusó a su exesposo Brad Pitt de “librar una guerra vengativa contra ella” y de “secuestrar” el control del lucrativo negocio de bodegas que una vez compartieron.
Además, la demanda, presentada en nombre de su antigua compañía Nouvel LLC, alega que Pitt “y sus aliados” tomaron “acciones ilegales y maliciosas” con la intención de “dañar” tanto a la actriz como a su empresa, “al devaluar sus inversiones y privarle del papel que le corresponde en la gestión de Chateau Miraval, el mundialmente famoso productor de vino rosado”.
También dice que Pitt “se embarcó en una campaña multifacética durante años para tomar el control de Chateau Miraval y apropiarse de los activos de la compañía para su beneficio y el de sus propias empresas y amigos”.
Por el lado del actor, su defensa indicó que Jolie no solo no contribuyó en “nada” al éxito de Miraval, proyecto que apasionaba a Brad, sino que consumó la venta “en secreto” y violando a sabiendas las condiciones que había pactado con su exmarido, según las cuales ninguno de los dos podía vender sus intereses en ese negocio sin el consentimiento del otro.
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