Harto se ha hablado estos días de la vuelta en gloria y majestad de Brendan Fraser a la pantalla grande. Es que con “The Whale” la nueva película de Darren Aronofsky, el actor brilla en su interpretación.
*Esta crítica contiene algunos spoilers
Charlie (Brendan Fraser) es un profesor de inglés que pesa más de 250 kilogramos y que su vida la pasa a puertas adentro, en la oscuridad de su hogar, la mayor parte del tiempo apernado a su sillón con la dependencia de necesitar un andador para poder movilizarse, a duras penas, para llegar al baño o a su cama.
Su única amiga es una enfermera, Liz, interpretada por una increíble Hong Chau, quien en el dilema de seguir viendo morir a su amigo a ratos pierde la paciencia y le grita constantemente para que por favor busque ayuda médica y no se deje morir. A lo que el protagonista solo contesta, incesantemente “lo siento”, lo que quiebra a Liz y sigue alimentando, literalmente, en su enfermedad.
La mayor parte del tiempo Charlie lo vive en soledad, el único que pregunta por él es el repartidor de pizza con quien tiene una relación a través de la puerta donde deja diariamente una porción doble familiar. Ante la curiosidad por ese hombre solo se presenta y le pregunta si está bien, a lo que Charlie siempre contesta: sí.
Cuando el protagonista, se da cuenta que su cuerpo, ya cansado, está en peligro, llama a su hija, a quien abandonó cuando tenía solo 8 años. En una suerte de búsqueda de redención comienza a tratar de reconstruir una relación inexistente con Ellie (Sadie Sink) una adolescente que en su interior está llena de rabia contra este hombre que prefirió irse con un estudiante antes que cuidarla cuando ella era pequeña.
Al darse cuenta de que su hija está al borde de reprobar el colegio, le ofrece ayuda con sus ensayos, tal como lo hace con sus alumnos en sus clases on-line donde mantiene la cámara apagada para que no lo puedan ver.
Ellie, si bien, comparte algún tiempo en casa de Charlie, lo que mayormente sale de su boca son palabras llenas de odio contra su padre biológico, a lo que él contesta con amor y dulzura, y también, por supuesto, con la búsqueda del perdón hacia un hombre moribundo.
La película, que está basada en la obra del mismo nombre, y que hace una analogía maravillosa con Moby Dick, tiene el sello de Aronofsky por todos lados, es difícil de digerir, dura, dramática. Fraser, brilla en su papel, como un hombre que no puede levantarse de una depresión por la pérdida y que ya no encuentra sentido a su existencia, por esto se castiga y permite una muerte lenta a través del consumo excesivo de comida. Se aliena de la sociedad como si no la mereciera, pero evoca una dulzura monumental por el resto, como si todo el amor que no logra tener por él, se lo entregara al resto.
La película se presenta como una de las favoritas para ganar la competencia del Festival de Cine de Venecia 2022 y previo a la temporada de premiación, el actor es alabado por la crítica anticipando nominaciones a las más esperadas estatuillas por su performance.