Estuvimos en la premier mundial de “White Noise”, lo nuevo de Noah Baumbach con Greta Gerwing y Adam Driver.
La Muestra Internacional de Cine de Venecia comenzó su edición número 79 con un día lluvioso que podría haber sido el “modo” perfecto para acompañar cualquier película de ritmo calmado y profundo característico de Baumbach, pero no.
“White Noise” se aleja totalmente de lo que conocemos del director de “Historia de un Matrimonio” o “Frances Ha”. La nueva producción, que se estrenará en la plataforma streaming de la “N” roja, es un híbrido de comedia y horror, con un tono Noir poco explorado en la carrera del realizador y por la pareja de protagonistas.
¿De qué va?
La película está basada en la novela de Don Delillo que lleva el mismo nombre y que fue escrita para la pantalla y dirigida por el aclamado director. Greta Gerwig es Babette Gladney y Adam Driver es Jack Gladney, su marido, profesor experto en Hitler. La pareja y sus hijos, debido a una emergencia por una nube tóxica, tiene que dejar su casa y seguir a todo su pueblo que corre ante lo desconocido. Pero eso, es solo el marco, lo demás es lo que cada uno de ellos lleva consigo frente a esta amenaza de muerte.
White Noise es innovadora, quiebra esquemas y está lejos de lo conocido. Un tono negro con matices suaves, que hacen que todo sea luz y sombras, de sonidos agudos y a ratos estridentes que provocan a un espectador activo que trata de encontrar al director en esa narración. Intensos en sus actuaciones, Gerwig es un personaje que disimula con una adicción un vacío, y con su situación contagia de existencialismo a un espectacular Driver que se toma la pantalla grande en cada uno de los movimientos corporales que acompañan sus diálogos. Es él y nadie más en escena. ¡Brilla!
Pero por supuesto, es el director quien saca lo mejor de sus protagonistas y su mano se nota. Baumbach, aunque lo intente, no puede separarse abruptamente de esos momentos que ha logrado patentar como su sello. Es capaz de transportar a la audiencia desde un plano cerrado luego de una carrera por sobrevivir, con la contradicción de golpearte en vida derrochando cordura con esos lugares íntimos y cautivantes que hablan del humano y sus debilidades. Solo él es capaz de hacerlo funcionar a la perfección, más aún, complementándose con sus dos protagonistas favoritos en pantalla a quienes sabe potenciar de una manera iluminadora.
Escenas con planos cerrados que provocan una sensación de detención temporal sublime que luego, casi en un juego experimental, destruye con una poética que saca al espectador de su zona de confort y disrumpe con el cuestionamiento frente a la muerte en medio de la distopía.
De pulso profuso en información sobre los personajes, de color y oscuridad, de un trío (Baumbach-Gerwig-Driver) que son individualmente talentosos y que al juntarse se vuelven una genialidad, “White Noise” es una bizarra línea entre lo superficial y la profundidad absoluta de los miedos más intrínsecos humanos, esos que pasan supeditados al silencio y que cuando se verbalizan causan un efecto dominó que obliga a lidiar con ellos sin escapatoria alguna.
La puedes odiar o la puedes amar, pero desapercibida en la filmografía y carrera actoral de los protagonistas no va a pasar.
“White Noise” se estrena en noviembre en la plataforma Netflix.