Te contamos que nos pareció The Case You, una de las películas más destacadas del inminente Festival de Cine Alemán.
A partir del 16 de septiembre tendrá lugar en la sede del Cinépolis Recoleta la 21° edición del Festival de Cine Alemán 2021. Se presentarán una serie de 8 entregas, en calidad de preestreno, compuestos por diversos géneros y estilos. El título de la película de apertura será Undine, de Christian Petzold.
Una de las entregas que más destacan de las próximamente exhibidas es The Case you (2020) dirigida por Alison Kuhn. Se trata de una apuesta documental estructurada a través de entrevistas y fugaces secuencias performáticas, focalizada en el relato de una serie de experiencias traumáticas, narradas por 5 víctimas de acoso y abuso sexual.
Isabelle Bertges, Gabriela Burkhardt, Aileen Lakatos, Lisa Marie Stoiber y Milena Straube evocan los dolientes recuerdos, algo brumosos y fragmentados, de una jornada de casting en 2015 en donde fueron explícitamente acosadas y golpeadas frente a cámara. Todo esto tuvo lugar en el marco de una insólita grabación de presentación y selección de actrices, habiendo numerosos miembros del equipo de producción presentes en el momento de la agresión. Se las forzó a desnudarse y a ser física y sexualmente expuestas en el medio de la audición, mientras otras cientas actrices aguardaban expectantes en la fila, esperanzadas, seducidas por un éxito ilusorio y ultrajante.
Si bien actualmente elevaron una causa a denuncia penal, prevalece la necesidad de acentuar el recuerdo cruento para no olvidar.
La reflexión catártica de la propia realizadora, también víctima (en otra ocasión) de este tipo de atropellos, toma cuerpo y voz en las 5 personalidades que exponen ante cámara un laberinto de sensaciones arrebatadas, ardientes y contundentes, deseosas de subir el volúmen de la denuncia y desactivar el silencio tácito que todavía impera. El silencio de la complicidad, el silencio de la competencia implícita, el silencio de la ambición que se traspola en el dominio y la manipulación impúdica de muchos productores y directores de la industria.
Pero en The Case you hay un agravante, que lleva todo un poco más al extremo: ¡el registro del asalto sexual al que fueron expuestas las víctimas fue utilizado para una producción performático-documental acerca del conflicto del abuso! El inaudito documental se iba a estrenar en un certamen en donde, a raíz de una denuncia pública y un creciente revuelo, finalmente vio suspendida su proyección. Los organizadores del festival, incluidos miembros del equipo de producción de las nefastas grabaciones, quedaron registrados en un audio del momento de la suspensión, en donde discuten y reflexionan sobre lo acontecido. Con las voces distorsionadas, las 5 denunciantes escuchan esas grabaciones y sus expresiones se retuercen entre gesticulaciones irónicas y derrumbes emocionales.
Sin embargo, no hay dudas de cuáles son los momentos más lúcidos y recalcitrantes del documental: aquellos en los que la visión de una cámara desesperada encarnada en la misma realizadora persigue las miradas cautivas y rabiosas de las 5 demandantes. Se subraya una advertencia en sus ojos rojos de fervor justiciero, que se vuelve explícita cuando enfrentan el lente y enuncian sin titubeos lo que les hubiera gustado haber hecho en aquél momento.
Lo cierto es que esta suerte de efectiva terapia de grupo devenida en obra documental no presenta notables novedades desde la composición formal de su estructura visual ni sonora, pero hace gravitar un grito necesario y urgente de ser atendido. Como otras tantas piezas actuales de este tipo, The Case you avanza un poco más allá al articular lo performático del desplazamiento incesante de los cuerpos, con un recorrido minimalista desde el despliegue estético (personajes frente a cámara en un salón de actos sin escenografía) pero rotundo desde su discurso.
Las grabaciones de la disertación durante la organización del festival en el que iba a ser exhibido el maldito registro, retratan un horror aún normalizado en el ámbito cultural internacional del cine. La conclusión, estremecedora y escalofriante, parece seguir siendo la misma: las mallas de poder del abuso avanzan insidiosamente entre silencios cómplices y miradas distraídas, entre las sombras de un día a día que invisibiliza el terror ante la prioridad económica y financiera que impera cuando el criminal es quien maneja los hilos. Películas recientes del mundo de la ficción, como The assistant (Kitty Green, 2019), han reflejado este tipo de desplazamientos maquiavélicos que perduran, en plenos tiempos de agitación social y movilizaciones feministas mundiales. Alison Kuhn, desde Alemania, aporta una nueva y comprometida voz al grito de justicia colectivo.