Conversamos con la actriz española, a propósito del estreno en Latinoamérica de los nuevos episodios de la aclamada telenovela Acacias 38.
Conversamos con Sandra Marchena, actriz española, a propósito del estreno en Latinoamérica de los nuevos episodios de la aclamada telenovela Acacias 38. El culebrón madrileño lleva más de 1400 emisiones, a poco más de seis años de su estreno en España, y actualmente se transmite por la señal Más Chic para toda América Latina (de lunes a viernes a las 17). Desde Argentina, se puede ver por Cablevisión (HD 406), Directv (230), Telecentro (509/HD 1083), Movistar TV (657) y Claro TV (374).
La ficción, idea original de Susana López Rubio, Aurora Guerra, Miquel Peidró y Josep Cister, narra los amoríos y traiciones de familias de diferentes clases sociales en un marco socio-histórico particular: un mítico barrio madrileño en las primeras décadas del siglo XX.
Sandra Marchena, que interpreta a la entrañable Rosina Rubio en el mundo narrativo de Acacias, es actriz, cómica y también guionista, dramaturga y directora teatral. Ha participado en numerosas series televisivas de España y en múltiples programas, además de presentar sus propias obras teatrales.
Juan Velis: Teniendo en cuenta que te has desempeñado no sólo como actriz en cine y TV sino también en teatro, y habiendo incursionado en la dramaturgia como escritora y autora, ¿cómo ves la relación entre la actuación teatral y la televisiva-audiovisual? ¿Qué semejanzas y diferencias destacás desde tu propia experiencia en Acacias, en comparación a las obras teatrales que realizaste más recientemente?
Sandra Marchena: Pues mira… hace poco hice un taller de interpretación con Andrés Lima y había una especie de creencia de que cuando habías estado tanto tiempo en una serie diaria te quedan como tics, o se nota la diferencia al hacer otro papel, y más aún en teatro… Pero tuve una grata sorpresa al darme cuenta de que eso me había dado un gran training: estudié mucho más rápido, acumulé más recursos; es cierto que hay que ser más pausado, ya que en la diaria hay que ir más rápido… pero creo que se retroalimenta, y es un entrenamiento que en las tablas se va a notar. Es como ir mucho tiempo al gimnasio y luego poder sentir que estás en forma.
En la TV normalmente se sabe que se puede repetir una toma muchas veces, pero lo cierto es que en las diarias no se repite mucho…
Es más espontáneo en las tiras diarias, el tiempo es más acotado…
Muchísimo… Entonces, ahora que voy a estrenar una obra, ya veré todavía más la diferencia en que no podremos parar si algo sale mal, tienes que tirar… Que es algo que en las diarias también sucede todo el tiempo. Hay más semejanzas que diferencias.
Teniendo en cuenta que Acacias es un programa con un reparto numeroso y múltiples ambientaciones y escenarios, ¿cómo es trabajar en un ambiente productivo en donde hay tanta gente comprometida e involucrada en el desarrollo del rodaje y la producción durante tantos años?
Pues funciona mucho como un reloj. Como una gran maquinaria. Todo el mundo tiene su papel, por pequeño que parezca es muy importante. Desde la persona que hace el talonaje en directo, hasta las señoras de la limpieza, todo el mundo sigue un ritmo frenético. Es importante que todo el mundo se considere compañero, porque una da la cara, pero sin los demás no se puede dar la cara. En ese sentido, Acacias es poco elitista, y los actores somos casi todos conscientes de eso. A pesar de la presión, que siempre hay mucha, el ambiente casi siempre es bueno. Pero sí hubo, sobre todo los últimos meses, una gran premura en donde a mí me llama la atención que a algo artístico se le demande un tiempo tan empresarial…

En relación a esto mismo, una pregunta no tan agradable pero necesaria: ¿cómo se adaptó el programa, las grabaciones y emisiones, a la realidad urgente de emergencia sanitaria que estamos atravesando?
Bueno, Acacias ya terminó… pero durante el tiempo de la pandemia, se hicieron test semanales, en grandes cantidades, PCR y de todo tipo de tests. Y cuando hubo algún caso o foco positivo, se pararon las grabaciones por diez días, y la empresa ha hecho todo lo posible para que estemos lo más seguros posibles. Pero era casi imposible que no hubiera ningún parón… sólo hubo en un año un solo parón de diez días, más los que hubieron en toda España en el principio de la pandemia.
Tu personaje, Rosina, tiene un carácter múltiple y fluctuante, a menudo muestra sus inseguridades pero también sus fortalezas emocionales… ¿cómo lo ves hoy en día, en retrospectiva? ¿Qué relectura podrías hacer del personaje desde la actualidad, teniendo en cuenta que es uno de los pocos que se sostiene desde el comienzo de Acacias?
Yo a Rosina la definiría como una persona en muchos aspectos adelantada a su tiempo, porque fue representante de su hija, tuvo una inmobiliaria, una mina de oro… Se casó con un hombre más joven. Muchas cosas en las que ella anteponía el corazón por sobre el qué dirán. También era una persona avara… un cajón de sastre de contradicciones, eso me parece muy interesante, porque la vida a veces intenta ser polite, y este personaje casi no tiene filtro. Rosina deja volar los celos, la envidia, muchas cosas que en la vida tiendes a hacer lo mejor posible, ser lo mejor buena persona posible. En Rosina es al contrario: se le ve la maldad, por más que tenga en el fondo un gran corazón y resulte lo más empática posible. Pero también es elitista, le gusta el dinero, etc. Podía sacar cosas que en la vida están más retenidas por el qué dirán o porque tenemos que tener una moralidad. En ese sentido es súper divertido y al principio imponía retos desde el guión, que luego le supe sacar partido pasándomelo bien. Estoy muy agradecida a los guionistas que me dejaran hacer eso para que creciera en ese sentido.
Y en relación a esto… En la serie se abordan temas como relaciones homosexuales que, desde la perspectiva del contexto de época en que se ambienta, generaban mucha polémica y estigma social ¿Cuánto sentís que aportó la serie en términos de visibilización de problemáticas y temas contemporáneos como la diversidad sexual y otros semejantes?
No puedo adelantar mucha información… Pero ese tema se abordará más adelante también, tendrá mucha repercusión. Con los personajes de Claudio y Marco ya se tocó un tema que no es habitual en el amor romántico de las novelas, que suele ser heteronormativo y heteropatriarcal. Fue una trama muy chula, que nunca basta para representar la diferencia, porque “él quiere a ella y ella a él” ya se representa muchísimas veces. Pero el mundo gay llega a Acacias para mostrar otro tipo de relaciones que está bien que la gente tenga como tipos de referentes, porque sino nos quedamos con cuatro cosas. En ese sentido yo creo que a veces las novelas, como tienen que reinventarse tanto, son las más queers, las más adelantadas… porque como tienen que reinventarse y no saben ya de dónde, sacan cosas inauditas. Eso es muy chulo y es algo que el culebrón tiene y que se tiene que reconocer.
¿Cuánto sentís que te enseñó y te hizo crecer como persona y como profesional tu participación en Acacias? ¿cuánto te impulsó o te inspiró a desempeñarte en otros campos de expresión como la dramaturgia, el guión y la escritura?
Me ha ayudado a confiar más en mí, porque me he dado cuenta de la capacidad que tengo para resolver en escena el carácter del personaje, o incluso por dónde va la escena en general, y eso a nivel dramatúrgico y de directora también me sirve para confiar más en mí y valorar lo que he hecho. Si he sido capaz de hacer esto que implica mucha energía, pues lo puedo aplicar a la obra que voy a hacer ahora, o en otros papeles que tenga; o el taller que te he comentado antes. Ha sido un entrenamiento bestial y estoy súper agradecida. Me ha aportado muchísimo en múltiples aspectos.
Por último, para ir cerrando… sabemos que Acacias 38 es una serie que ha ido atravesando tantos giros narrativos a lo largo de tantas temporadas, muchos personajes fueron desapareciendo, falleciendo, y así renovándose el elenco… ¿qué significa para vos ser una de las actrices que forma parte del reparto desde el principio, y que aún prevalece en el mundo de Acacias 38?
Sí… son ya seis años y dos meses. La gente que ha entrado nueva siempre aporta frescura, y si por ejemplo el actor o actriz es muy implicado y talentoso, hay cierta competitividad sana que es necesaria. Que si te habías aletargado un poco, te tenías que poner las pilas. El hecho de que al final quedáramos seis desde el principio es un orgullo. Que sigan confiando en tí, que sigas teniendo qué aportar todavía… Es un mérito que agradezco muchísimo. Quedamos los seis supervivientes (risas).
Yo creo que hay material para spin off o serie en paralelo…
Hay personas muy seguidoras que piden un spin off de cierta trama… Yo no pensaba en Rosina, pero ¡bienvenido sea! (risas).