O como un director de videoclips entrega uno de los exponentes más raros y arriesgados del género, con un estilo tan particular y personal, que misteriosamente termina siendo una de las propuestas más interesantes de la década.
Joseph Kahn es un director de videoclips que trabajo con artistas como Eminem, Backstreet Boys, Lady Gaga, Britney Spears, George Michaels y Taylor Swift. No es precisamente el primero que a uno se le viene a la cabeza a la hora de pensar en una subversión a un género como lo es el slasher, es decir, asesino serial matando adolescentes hasta que encuentra su muerte en una chica que suele ser virginal e inocente.
Sin embargo, con Detention, Kahn da vuelta el género, en una película que después influenciaría fuertemente a otros exponentes del Slasher como “Happy Death Day”, pero que, como demostraría años más tarde en “Bodied”, también implican la falta total de interés por adaptarse a los moldes, que a título personal, parecen uno de sus más grandes fuertes. Porque Detention es un slasher, pero es muchísimo más que eso.
La clásica historia de “chica impopular se ve involucrada en el raid letal de un asesino serial” se ve alterada cuando, a través de una serie de capítulos episódicos, nos revelan compañeros de escuela que están mutando en hombres-mosca, mascotas que son máquinas para viajar en el tiempo, cambio de cuerpos, peleas entre estilos de pelea Swayze vs Seagal y una docena de referencias obvias y no tan obvias de clásicos como El Club de los Cinco o Dirty Dancing.
Detention es una historia cómica, que por momentos parece demasiado personal en sus referencias y chistes, pero que con su constante disrupción de lo que creemos que va a suceder y los giros de tono y género que tiene, la diferencian de una plétora de clones y clichés que ya hemos visto mil veces. Con un estilo muy marcado de un director experimentado en otros estilos de cine y un elenco que se sostiene más que nada en Josh Hutcherson (The Hunger Games) una especie de galán loser de la escuela con una fijación en la cultura de los 80-90’s.
En resumen, Detention es rara, pero es más bien exótica que incomprensible. No sale de las convenciones del cine norteamericano del 2010 en adelante ni se escapa por completo del género adolescente, pero la forma en la que aborda el Slasher y lo mezcla a la fuerza con un montón de tópicos que poco tienen que ver con el terror y que, aunque parezca un tornado metido adentro de una licuadora, terminan formando una película injustamente ignorada y que merece muchas más atención de la que tuvo.