En esta época de epidemias donde las películas y series se volvieron uno de los mayores recursos de distracción, te traemos cintas de exorcismos para adentrarte en este subgénero que tanto nos seduce.
Para los amantes del terror sobrenatural, uno de los rasgos más tenebrosos es quizás todo lo que esté relacionado con los religioso, ya que de alguna manera nuestras mentes entienden que puede tocarnos de cerca. Seas o no creyente, fuimos criados en sociedades donde la fe juega un papel importante y es dentro de de este marco que nuestras mentes se sugestionan. Un ruido en la cocina, una puerta que se abre, una sombra en la habitación, cuestiones paranormales que tienen orígenes religiosos. Dentro de estas historias existe una eterna guerra entre el bien y el mal y las películas de exorcismos son las que mejor grafican esta batalla interminable.
Está claro que para disfrutar de estas historias hay que aceptar por cierto una serie de normas básicas que se repiten una y otra vez en todas las producciones, sin importar guiones, directores o productores: Una persona es poseída por un ente demoniaco y otra persona tiene las herramientas suficientes para salvarla. Además, nos encontramos frente a una estructura que tiene muy poca libertad para desarrollarse, ya que tarde o temprano debe caer en la posesión y sus expresiones sobrenaturales Partiendo de esa base y aceptando esas reglas básicas del juego, podemos empezar a analizarlas.
Desde El Exorcista (1973) de William Friedkin ninguna otra película pudo estar a la altura, tanto para la crítica como para el público. Con esta nota intentamos darte otras opciones que consideramos merecen ser vistas y en donde no está incluida ninguna en relación al Expediente Warren como El Conjuro. Elegimos cintas estrenadas después del año 2000, para no caer en una competencia injusta contra clásicos casi indiscutidos.
El Exorcismo de Emily Rose (2005)
Vamos a empezar por lo mejor de la lista. Estamos todos de acuerdo con que las opiniones son subjetivas, pero dentro del subgénero que estamos tocando, esta es una de las mejores expresiones de los últimos 20 años por lo menos y vamos a contarte por qué.
Por empezar está basada en hechos reales y eso siempre nos encanta. En 1967 una joven alemana murió durante la última de las 67 sesiones de exorcismos que se le habían estado realizando durante 11 meses. Esto llevó al Estado a comenzar un proceso judicial contra los padres de la joven y el sacerdote que llevó a cabo el exorcismo, en lo que fue la primera batalla legal entre razón y fe. Todas las sesiones fueron capturadas en audios y las reproducciones de las cintas para el jurado durante el juicio son la estructura de la que se vale su director Scott Derrickson (Sinister, Líbranos del Mal) para relatar la historia, dándole un enfoque completamente novedoso a las películas de posesiones demoníacas.
Por supuesto, todo esto funciona incluso mejor cuando vemos la lista de actores y actrices que la interpretan. Jennifer Carpenter (Dexter, Gone) en el papel de Emily, Tom Wilkinson (The Full Monty) como el sacerdote Richard Moore y la fantástica Laura Linney (Ozark, The Truman Show) como la abogada agnóstica encargada de defender la versión de la iglesia.
Recordemos siempre que una de las premisas base de este tipo de películas es la batalla entre la fe y la razón, y acá Scott Derrickson la lleva al extremo, poniéndola a prueba dentro del marco legal de la Constitución. Una muerte durante un exorcismo ¿es asesinato? ¿El Estado puede aceptar un demonio como causa de muerte? Derrickson logra fusionar el subgénero posesivo con la dinámica de los los thriller judiciales como nunca antes se había visto y lo hace de forma maravillosa, por eso creemos que es una de las mejores opciones.
Posesion Satanica (2012)
Ya que venimos de lo mejor, pasamos directo a lo peor, al menos desde el punto de vista del género, ya que, al igual que El Conjuro, es más una película de terror que utiliza el exorcismo como el recurso reservado para el apogeo de la historia y no como argumento central, sin embargo no podemos dejar de nombrarla.
Por un lado está producida por Sam Raimi, creador de la franquicia de The Evil Dead, y varias producciones de terror, lo que más o menos nos puede dar una idea de ciertas particularidades que vamos a encontrar, sobre todo a nivel gráfico, que dudamos que Sam no haya supervisado durante la producción. Quizás puede resultar un poco inverosímil para los menos enamorados de lo sobrenatural, ya que se aleja demasiado del terreno de los posible (dentro de lo que “posible” significa en una película de exorcismos).
La cinta nos cuenta la historia de un padre y una hija que liberan una entidad demoníaca encerrada en una caja y que termina poseyendo a la niña. sí, así de clásico. El padre, interpretado por Jeffrey Dean Morgan (más conocido como “El Comediante” en Watchmen, Denny Duquette en Grey´s Anatomy, o ese tipo que se parece mucho a Javier Bardem), busca ayuda en las comunidades religiosas hasta que consigue dar con alguien que se presta a asesorar.
Está dirigida por el danés Ole Bornedal, que si bien no es muy conocido a nivel internacional es el escritor y director tanto de la versión original, como de la remake norteamericana (la cual adaptó junto con Steven Soderbergh) de Nightwatch (1997) y es perfecto para los que prefieren el cine de terror taquillero de Hollywood.
The Devil Inside (2012)
Con formato de falso documental, esta película dirigida y co-escrita por William Brent Bell nos guía a través de la historia de Isabella, una joven que viaja a Roma con la intención de esclarecer los hechos que llevaron a su madre a asesinar tres personas, para luego ser recluida en un hospital psiquiátrico en la capital Italiana. El documental es el que Isabella misma está filmando alrededor del caso.
La cinta tiene un ritmo lento y bastante crudo y es mediante estos recursos que busca crear el clima particular que se vive durante los 83 minutos que dura. El recurso de la cámara en mano siempre funciona muy bien en este tipo de producciones ya que proporcionan impacto y veracidad al relato, y esta no es la excepción, por lo tanto es perfecta para los que nos gustan producciones como The Blair Witch Project (1999) o REC (2007), pero pesada, agobiante o incluso aburrida para los detractores.
Sin embargo, y tomando en consideración que es muy difícil no caer en los clichés clásicos cuando se trata de un subgénero tan marcado y con pocas posibilidades de romper las estructuras tradicionales como es el de exorcismos, la producción de Bell logra abrirse durante la primera parte del film, donde va construyendo el conflicto, sobre todo alrededor de la relación entre madre e hija, en el afán por descubrir la verdad detrás de lo sucedido.
Lamentablemente hay que dejar de lado algunas partes inverosímiles del relato, como el hecho de que los protagonistas tienen acceso a presenciar exorcismos reales y lugares del Vaticano impensados para cualquier documentalista, incluso con la cámara encendida, de manera casi absurda, y es en esos puntos donde recaen las partes más flojas de la historia.
Bell pretende instaurar el terror mediante las largas esperas de que algo suceda y la ansiedad de los silencios y eso le funciona. De todas maneras siempre hay lugar para unos cuantos jumpscares clásicos que te van a sobresaltar.
El Ultimo Exorcismo (2010)
¡Que película! Si vemos el nombre de Eli Roth entre los productores ya podemos estar seguros que estamos bien encaminados. Lo más interesante de esta historia es la lucha interna que vive el protagonista, un exorcista oficial de la Santa Sede que, en conflicto con sus creencias, decide desenmascarar el fraude de este tipo de prácticas, realizando un último trabajo. Lo que pretende es captar todo en un documental, con el objetivo de exponer el proceso de mentiras con que el Vaticano engaña a todo el mundo.
La película también mantiene la estructura de falso documental, de hecho su director Daniel Stamm, cuando estrenó esta cinta, venía de hacer A Necessary Death (2008), otro mockumentary que seguía el proceso de una persona a punto de suicidarse. La diferencia con otras películas de cámara en mano es que lo que vemos podría tranquilamente ser el corte final del documental y no el detrás de escenas o los found footage en crudo como sucede en The Devil Inside. Incluso gran parte de la película se centra en presentar a los personajes y con una atmósfera más de thriller, sin embargo, a medida que avanza, nos encontramos con una cinta fantástica que merece estar entre las producciones más destacadas del género.
El Rito (2011)
Ver a actores de la talla de Anthony Hopkins en este tipo de producciones siempre es un placer (y uno no tan común), lo que le da unos cuantos puntos extras de arranque.
Está basada en el libro del periodista Matt Baglio y nos cuenta la historia de Michael Kovak, un joven seminarista sin fe que es enviado a Roma para realizar un curso de exorcismo. Allí conoce al Padre Lucas (Hopkins) un exorcista de mucha experiencia dentro de la Santa Sede. La relación entre estos dos personajes es el punto fuerte de la cinta. El joven escéptico insiste en entrar en deducciones sobre fe y razón, aunque le cuesta encontrar en el padre Lucas un adversario interesado. De a poco van entrando en discusiones filosóficas que son más que interesantes, y en donde nos veremos identificados según nuestras propias convicciones.
Si bien con el pasar de los minutos nos adentramos en exorcismos propiamente dichos, la película transcurre entre reflexiones y argumentos que nos van paseando por los fundamentos de las dos versiones en las que es muy fácil caer, y entre las que vamos y venimos, de la misma manera que sospechamos de la culpabilidad de cada personaje en una historia de Hércules Poirot.
Seguramente habría sido una película mucho más interesante si se hubiera mantenido sobre esa línea, marcando la simpleza como estandarte, aunque en ese caso no estaríamos hablando de ella en esta nota.
Bonus Track
Líbranos del mal (2014)
Acá volvemos a las estructuras convencionales de películas norteamericanas de exorcismos. Este film está dirigido por Scott Derrickson, el mismo de El Exorcismo de Emily Rose, y, al igual que en está última, también se basa en hechos reales
En este caso hablamos de las cintas grabadas por el oficial de policía Ralph Sarchie, que es interpretado por Eric Bana en la película, aunque lo único que tiene de real es el nombre del protagonista, ya que la historia es completamente ficticia. Cabe aclarar que generalmente cuando las historias de terror se basan en hechos reales, lo hacen de manera muy ambigua y casi siempre en un 90% de ficción.
Al igual que ya había hecho en El Exorcismo de Emily Rose, donde mezclaba el subgénero con los thriller judiciales, en esta ocasión intenta fusionarse (aunque con menos éxito) con los policiales, con el escenario de la ciudad de Nueva York, sobre todo el barrio del Bronx, al cual define como el foco de la delincuencia llevada al extremo, al punto de replanteárselo como el infierno en la tierra.
El film nos muestra las investigaciones de Sarchie sobre una serie de homicidios extraños que parecen tener orígenes demoníacos, por lo tanto debe asociarse con un sacerdote exorcista. La película describe la lucha entre la razón y la fe desde el punto de vista de dos personajes como lo hace en el Exorcismo de Emily Rose, pero en disonancia con el del resto de producciones donde suele ser el mismo sacerdote o el protagonista el que se enfrenta al conflicto existencial que pone a prueba sus creencias (sean de fe o de lógica). Aquí tenemos la razón encarnada en el agente de policía interpretado por Bana y la fe en Mendoza, el sacerdote español interpretado por Édgar Ramírez (Manos de Piedra , La Quietud). Sin embargo, con el pasar de los minutos el personaje de Bana irá dándose cuenta que quizás estaba equivocado.