Un buen día Andreas aparece en una extraña ciudad sin saber cómo. Tras una bienvenida fría descubre que posee trabajo, casa e incluso consigue una esposa… pero falta algo. Las personas con as que se cruza carecen de sentimientos, la comida no tiene sabor, los olores son insustanciales, hay una ausencia total de niños. Todo esto provoca en Andreas la fuerte necesidad de huir de esa sociedad en apariencia perfecta que se ha convertido en una auténtica pesadilla para él.
El inadaptado es una distopía nórdica, metáfora de una sociedad perfecta donde cualquier rastro de las emociones humanas ha sido borrado con un sutil trazo cómico. Una perfección extraña, monótona, desganada que primero desconcierta para posteriormente convertirse en una pesadilla kafkiana, en la línea de películas como Fahrenheit 451, 1984, Brazil o The Truman Show. Este retrato de una sociedad que deshumaniza a sus habitantes a cambio de una falsa felicidad sin dar lugar a ningún tipo de escapatoria.
Jens Lien firma esta pesadilla surrealista con una fotografía abundante en tonos grises. La película goza de una buena banda sonora y obsequia en algunas de sus escenas con hermosos paisajes islandeses: una naturaleza inmensa, vacía y árida. Trond Fausa Aurvaag, el inadaptado, va en busca de cualquier fisura que le permita escapar de ese entorno apático rodeado de un conjunto de personas carentes de alma. El ritmo característico de las películas nórdicas y su frialdad le va como anillo al dedo ofreciendo a la historia un tinte insípido provocando en algunos momentos ese estado de sopor que sufren todos sus personajes.
Ha sido una grata sorpresa descubrir esta cinta que, aunque tiene una calidad notable no alcanza las cotas de las grandes obras del género distópico. Seguiremos de cerca la trayectoria de Jens Lien, una figura emergente del panorama noruego a tener en cuenta.